Hoy estaba viendo en TVE2 esa que da cultura pero no tiene grandes audiencias, curiosamente me quede porque hablaban de mi oficio, la escritura, resultaba interesante el documental sobre algo que para mi hace tiempo que intuía en el mundo editorial y de los autores literarios. Es evidente que cada país tiene sus gustos y sus autores predilectos, pero como es obvio ni de cerca tienen en américa la extensa, variada y la calidad que tienen los escritos literarios europeos y en cuanto al idioma que nos une el español, la Metrópoli esta a años luz de ellos pero lo que sería la lógica y es que empezaran a leer, a cultivarse con ideas y pensamientos superiores de nivel de vida o escritura, es precisamente lo que no ocurre, en su mayoría no se promociona a los autores de la península por los mas de 20 países americanos y por algo será.
Se observa como los lectores autóctonos de aquellas tierras prefieren pasar de las obras que no comprenden ni están cercanas en estilos de vida, con lo que se anquilosan en una postura tozuda semejante a la de la época de la España del 98, de solo querer aceptar lo conocido y lo bueno que es lo propio. Con todos mis respetos para la población lectora americana, a la que no menosprecio pues tengo parientes por aquellas tierras, se están equivocando, empobreciendo y brutalizándose más si les cabe al actuar así.
No es lógico que no se quiera estar a la tendencia mundial y más en una lengua que es la común, es como si los norteamericanos despreciaran el bagaje cultural de la metrópoli Gran Bretaña, la cual está plagada en sus siglos de grandes autores. Se remarca con esa posición la postura pueblerina de todo aquel que se cierra a lo de fuera y que conocemos muy bien por haberse sufrido durante décadas gracias a la dictadura sufrida en el país.
Es claro que un bagaje de escritura desde El conde Lucanor en la edad media, algo que no conocen ni de asomo en aquellas tierras, al siglo de oro, el romanticismo o las generaciones literarias contemporáneas, o los autores teatrales son prácticamente un misterio para aquellas poblaciones salvo la población de alta sociedad y que descienden de los tan criticados criollos descendientes de españoles.
El panorama literario español es totalmente desconocido en América y también por la patética acción de las grandes editoriales que no conciben más promoción que a los autores consagrados, los cuales tienen un tope de previsión y ventas, y aparte de los que trabajan para la marca de la casa solo apuestan por los clásicos autores fallecidos por no tener que pagar derechos, si bien estoy seguro que mi trabajo es totalmente desconocido en todo el continente y eso que mis obras se pueden encontrar en las bibliotecas publicas de algunos de sus países, Paraguay, Honduras, Bolivia y algún otro.
En cuanto a la lectura Iberoamericana por contra es bastante elogiada, comprada y premiada para el gusto de muchas personas excesivamente para sus méritos en la irrupción en el panorama literario español y es gracias a los premios de las benevolentes instituciones españolas el que se logra conocer a autores que no han tenido en prácticamente toda su trayectoria ninguna repercusión literaria en España.
Como se observa no se les trata con el trato reciproco que se merecerían a escritores que se basan en unas raíces como países que no llegan a los 200 años, con la excased de obras que atesoran en comparación a la española. Es que lo que resulta más raro aún es la escasa cantidad de autores españoles que reciben reconocimientos de aquellos países, pocos son los conocidos y menos aun son los comprados. Si se supone que la madre patria es la que empuja el sector como puede ser posible que se permitan tan alegremente pasar olímpicamente de los trabajos españoles. Este galimatías es totalmente un misterio pero que obliga a los autores a centrarse en las regiones en donde se les da de comer que a intervenir en historias de zonas que son una utopía.