Hace tiempo que vengo viendo como ante la crisis que anuncie en 2005, los teatros se vienen cerrando y desmoronándose. No es coña cuando digo desmoronándose, esto es algo que pude observar con gran pesar en un reciente viaje mío a Salamanca, ciudad por siempre de cultura y que era meca de los estrenos nacionales. Mi pesar como siempre ocurre por querer recordar los lugares por donde pasaron y actuaron mi familia, aquellos grandes cómicos, el disgustillo me lo lleve al buscar el teatro-cine Gran vía, siendo de después de guerra, está totalmente desaparecido pero ahora convertido en algo que sobra, pisos. El disgustazo por lo incomprensible del caso nos lo dimos mi tío que trabajó en él y yo, en el acogedor teatro Bretón en la plaza de su nombre aún en ruinas y todavía peor a la vista su deprorable estado, en una plaza que no sé porque acabó cerrando como cine y desmoronándose, es que no atrae la cultura en una capital de primera como aquella, y por lo que veo siendo olvidado para colmo, siendo el padrino que daba nombre el ilustre Tomás Bretón, un salmantino.
Salvador Videgain actuó muchas veces en aquellos coliseos dirigiendo conjuntos de zarzuelas, triunfó de buena ley con un buen y animado público, es afortunado en no haber visto la caída del arte allí.
La ruina cultural del país es obvia, solo en Zamora el teatro Ramos Carrión se piensa rehabilitar de los históricos pero sería antes de la crisis pues las obras están paralizadas prácticamente, solo los tontos o borrachos no se dan cuenta, solo hay que darse una vuelta por el barrio del palacio de Monterrey donde solo juerguistas extranjeros y niños de chupete, se pasean ebrios hasta altas horas de la madrugada, este es el pueblo del futuro que quiere el señor ZP, este es el futuro del gran reino de León, o él de su banda, con su solo pan, fútbol e impuestos. A este ritmo ¿Quedará algún teatro histórico abierto en el que actuase mi familia?, y eso que actuaron en todos.
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