domingo, 15 de diciembre de 2013

No entiendo lo que pasa actualmente en el arte escénico.

    La verdad es que últimamente no entiendo la realidad de lo que esta pasando en el mundo de la escena nacional pero que creo se va extendiendo a otras partes del mundo, en vez de avanzar parece que va retrocediendo a momentos de otras épocas.
    Sin duda hay algo que me llama poderosamente la atención trabajar underground, o no cobrando, eso es algo que si mi antepasado Salvador Videgain lo viese se volvía a morir del susto, evidentemente se puede trabajar sin cobrar, yo mismo lo hago prácticamente siempre cuando trabajo firmando mis obras en actos benéficos pero resulta que trabajar por norma sin cobrar y esperar en alguno, en el mejor de los casos, a cobrar cuando se obtenga el éxito me parece desproporcionado y de otra época, más bien la época en que trabajaban mis tatarabuelos intentando hacerse una posición dentro de la industria y eso era en el siglo XIX.
     La norma de trabajar sin cobrar no tiene lógica a día de hoy, tal es así que incluso los artistas, menos que amateurs, los que están en sus casas sin hacer nada, se ponen a pensar, voy a hacer una pelí, un corto, un videoclip o cualquier cosa y con ello me voy a forrar, voy a tener gran audiencia y voy a hacer luego lo que quiero con mi primer o segundo trabajo estaré situado donde merezco. ¿Merezco? esa es la pregunta que deberían hacerse, el plan es totalmente descabellado y no merece nada de credibilidad, se creen las personas de hoy en día que porque consigan llevar a cabo el intento y lo hagan ya esta todo en su sitio, no piensan más que en el triunfar si pensar en los pros y contras, no se triunfa como cree la juventud con llegar y entrar en una taberna aunque se estén produciendo algunos casos aislados producidos por ciertas cadenas de Tv como apadrinadores de cierta memez, chabacanería y sordidez promocionando solo la modernidad.
     Lo que ignoran esta gente es que el llegar en caso de llegar mucha gente lo puede conseguir pero el mantenerse en esa cima es muy difícil y pocos lo logran, solo cuando hay un buen trabajo detrás es cuando se observa que el ídolo no tenia los pies de barro sino forjado en mucho esfuerzo, trabajo e incluso cuando sufre los vaivenes de una industria, aguanta con solidez.

    Para ser escritor hay que saber lo que uno se lleva entre manos, saber escribir, redactar, tener unas dosis de escritura, caligrafía y ortografía aceptables. En cuanto a ser actor algo que todo el mundo se cree que es porque como no se aprecia a ningún gran actor que se diferencie leguas de ellos, es más aunque algunos estudien arte dramático puedo dar fe que quien lo enseña no tiene ni idea de lo que se trae entre manos, solo cuando te juntas con las auténticas estrellas de este arte y los ve como actúan o se mueven sabes a ciencia cierta como es el arte y no como quieren colarnos por el algo que no es, lo que desempeña cualquiera con una videocámara, lo peor encima no es eso sino que con la cultura y pocos conocimientos de público estos acaben asumiendo que eso que le presentan es arte menospreciando la valoración entre los verdaderos artistas con estos últimos saltados a la palestra porque sí, como unos corsarios en busca de un botín, sin saber lo que es el arte y sin ningún interés en mostrar preocupación por lograrlo, ni en ese momento, ni en el futuro.
    De esa escuela hay muchos actores y actrices que no fueron profesionales ni buscaran serlo, solo buscan el éxito, la fama y el dinero la parte más sucia de la profesión, los nombres son hasta muchos afamados y poseen Goyas, un premio concedido a compañeros, más bien amigos, es una gala burda como se pudo ver el año pasado, llena de errores y fallos, llena de exabruptos de mala educación y demasiadas reivindicaciones para una gala pagada por el estado, o seas los ciudadanos, la reivindicación la debe de hacer el presidente de la academia en nombre de todos, defendiendo una profesión que es de todos los que somos actores en menor o mayor medida, pero nunca continuamente reivindicar lo que le de la gana hasta el ultimo gato que consigue el micro.

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